Muchas veces nos volvemos un poco locos buscando un postre con el que sorprender a nuestros amigos o invitados y la mayoría de las veces pasamos por alto postres tradicionales y sencillos como este Tiramisú italiano que os traemos hoy.
Es un postre clásico dentro de la repostería italiana y es mucho más sencillo de lo que muchos podáis pensar. Ideal para principiantes y para todos aquellos que quieran hacer un postre casero sin complicarse mucho la vida.
Además es perfecto para tomar en verano ya que no necesitamos encender el horno ni calentar nada, sólo mezclar los ingredientes a temperatura ambiente, enfriar y listo.
Como os he comentado antes esta receta es muy sencilla y la prepararemos en muy poco tiempo. Podemos prepararla con antelación el día antes y os aseguro que está mucho mejor que recién hecha.
Un clásico tiramisú italiano que os va a encantar. ¡Alla cucina!
Ingredientes
Para 6-8 raciones
- 3 huevos L
- 375 g de queso Mascarpone
- 180 g de azúcar
- 200 g de bizcochos tipo Savoiardi o de Soletilla
- Una taza de café
- 4-5 cucharadas de licor de almendras o Amaretto
- Cacao en polvo sin azúcar para decorar
Elaboración del Tiramisú
Preparación de la crema de Mascarpone
En primer lugar vamos a preparar una buena taza de café. Aquí cada uno que prepare el café como más le guste: en cafetera italiana, con café soluble, con una cafetera de cápsulas… Necesitaremos unos 200-300 ml de café que dejaremos enfriar hasta el momento de usarlo.
A continuación separaremos las yemas de las claras. Si sois un poco torpes para esto de separar claras de yemas, existen en el mercado muchos artilugios que os pueden ayudar con esta tarea. Para mí lo mejor es usar las mismas cáscaras del huevo pero si así no lo veis claro hay originales aparatos como este cerdito que os facilitarán la labor. No sé si cumplirá con su función pero gracioso es un rato.
Ahora vamos a montar las claras a punto de nieve, es decir hasta que las claras queden firmes y consistentes. Comenzamos a montar las claras con unas varillas eléctricas o manuales sin añadir azúcar. Cuando casi las tengamos montadas añadimos un par de cucharadas de azúcar y seguimos batiendo hasta conseguir el punto de nieve. Cuando ya las tengamos perfectas las guardaremos en el frigorífico hasta que las necesitemos.
Vamos con las yemas. En un cuenco amplio mezclamos las yemas con el azúcar restante. Batimos inmediatamente para evitar que se nos formen cristales de azúcar. Batimos hasta que la mezcla aumente de tamaño y adquiera un tono amarillo pálido. Añadimos el queso Mascarpone a la mezcla y batimos hasta que se integre perfectamente y no quede ni un solo grumo de queso. El queso Mascarpone es un queso crema italiano que se encuentra con facilidad en la mayoría de supermercados y grandes superficies. No os aconsejo sustituirlo por otro tipo de queso crema ya que es el ingrediente principal del postre. Tiene un sabor suave y dulce y apenas tiene acidez.
Sacamos las claras a punto de nieve del frigorífico y las mezclamos con movimientos envolventes con la mezcla de Mascarpone. No batáis con las varillas, usad una cuchara o espátula y mezclad suavemente. Reservamos la mezcla.
Montaje del tiramisú
Para presentar el tiramisú usaremos una bandeja o fuente honda. También se pueden preparar de manera individual en tacitas o vasos. Es una presentación muy bonita y sencilla ya que podéis usar vasos de cristal que tengáis en casa.
En un plato hondo o en una fuente pequeña mezclamos el café a temperatura ambiente con el licor. Yo he usado Amaretto porque es el licor típico que se usa en Italia pero si no tenéis podéis utilizar cualquier licor o aguardiente de almendras o avellanas. Incluso un buen licor de café puede servirnos si te gusta mucho el sabor del café. Si el postre van a comerlo niños os aconsejo no usar licores o aguardientes.
Mojamos los bizcochos tipo Savoiardi o de Soletilla en el café por un lado únicamente y los vamos colocando en la fuente por el lado sin mojar. Se hace de esta manera para que el bizcocho se vaya empapando poco a poco de café y no se nos rompan a la hora de colocarlos en la fuente. Es muy importante que los bizcochos sean de este tipo. Han de ser alargados, duros, ligeros y con una delgada capa de azúcar por uno de sus lados. Existe un tipo de bizcochos más tiernos y blandos que no nos sirven para el tiramisú. Se nos romperán como mucha facilidad y desaparecerán prácticamente en el momento que añadamos la mezcla de Mascarpone.
Una vez que tengamos una capa de bizcochos colocaremos por encima de ellos una generosa capa de crema. Espolvoreamos la superficie con un poco de cacao en polvo y repetiremos la misma operación. Dependiendo del tamaño de la fuente tendremos una, dos o tres capas de bizcocho pero acabaremos siempre con una capa de crema espolvoreada de cacao en polvo.
Conservación del tiramisú
Cuando lo tengamos montado lo enfriaremos por lo menos un par de horas para que las capas se asienten y el tiramisú adquiera firmeza. Si lo preparáis el día antes os quedará perfecto. Lo único a tener en cuenta es que el tiramisú hemos de guardarlo siempre en el frigorífico ya que al no llevar ningún tipo de cocción es la única forma de conservarlo en óptimas condiciones.
Un postre ligero, con una combinación de sabores y de texturas maravillosa. Creo que no conozco a nadie al que no le guste el tiramisú y si encima es casero pues mucho mejor.
Con estos calores veraniegos es una opción fresquita para endulzarnos cualquier momento del día.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
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