Como ya estamos en pleno otoño vamos a aprovechar los productos típicos de esta temporada y a hacer una tarta muy fácil y sabrosa. El producto otoñal estrella de esta receta es la calabaza y con ella vamos a hornear una tarta de calabaza o pumpkin pie muy típico en la festividad de acción de gracias en Estados Unidos.
El Día de Acción de Gracias, también conocido como Thanksgiving, se celebra en Estados Unidos el cuarto jueves de noviembre. Este año se ha celebrado el pasado 27 de noviembre. En esos días festivos, las familias y amigos suelen reunirse y cenar juntos lo típico que solemos ver en las series y películas americanas: pavo al horno y dulces de calabaza.
La historia cuenta que el primer Día de Acción de Gracias en Estados Unidos fue una celebración de tres días en la Colonia de Plymouth (Massachusetts) en el año 1621. Los colonos, quienes habían llegado el año anterior, pasaron hambre durante el invierno de 1620–1621 debido a que no tenían suficiente alimento. En la primavera, los indígenas de la zona enseñaron a los colonos a sembrar maíz y otros cultivos, además de cazar y pescar. En el otoño de 1621 los colonos obtuvieron excelentes cosechas y en agradecimiento, invitaron a los indígenas a compartir un banquete.
El festejo de esta cosecha se convirtió en una actividad habitual. El Día de Acción de Gracias se realizaba en diversas fechas hasta el año 1863, cuando el presidente Abraham Lincoln proclamó el último jueves de noviembre como fiesta nacional del Día de Acción de Gracias. Más adelante en el año 1941, el presidente Franklin Roosevelt aprobó una ley que estableció la festividad para el cuarto jueves de noviembre.
Es costumbre hacer compras el viernes después del Día de Gracias para aprovechar las ofertas del Black Friday o viernes negro.
Después de esta pequeña lección de historia americana vamos a elaborar este postre tan típicamente americano.
La calabaza es una hortaliza de la familia de las cucurbitáceas, con un alto contenido en agua, pocos hidratos de carbono y de bajo aporte calórico. También tiene un alto contenido en fibra, minerales como fósforo y magnesio y un montón de vitaminas como A y C. Vamos que es estupenda para nuestra salud y además es que está buenísima. Uno de nuestros platos preferidos es la crema de calabaza con una teja de queso curado por encima o unos trocitos de pan frito. Deliciosa y para estos días de frío y lluvia es lo mejor.
En muchas recetas de esta tarta americana suelen usar puré de calabaza en lata. En este caso es tan fácil hacerlo que creo que tardas más en ir al supermercado a comprar la lata que en hacer el puré casero.
Esta receta es una adaptación de la receta de calabaza de Annie´s Eats. Es uno de mis blogs favoritos. No dejéis de visitarlo porque merece la pena.
Ingredientes
Para la masa:
- 1 ¼ taza de harina
- 1 tbsp de azúcar
- ¼ tsp de sal
- 125g de mantequilla sin sal fría
- 3 o 4 tbsp de agua fría
Para el relleno:
- 1 taza de azúcar
- ¾ taza de crema espesa o nata para montar
- 1 tbsp ron añejo o brandy (opcional)
- 50 g de mantequilla
- 1 taza de puré de calabaza
- 1 ¼ tsp canela molida
- ¾ tsp de jengibre molido
- ¾ tsp de nuez moscada
- Una pizca de clavo molido
- 2 tsp de extracto de vainilla
- 2 huevos L
Elaboración
Precalentar el horno a 180ºC.
En primer lugar vamos a hacer la masa que sirve de base a esta tarta. Si tenemos un robot de cocina mezclamos en el recipiente de la máquina los ingredientes secos, es decir, la harina, la sal y el azúcar. Añadimos la mantequilla fría en trozos pequeños y mezclamos a baja velocidad. Si no tenemos robot podemos hacerla a mano de la misma manera. Con el robot es más sencillo porque nosotros no tenemos que remover pero a mano sale igual. Mezclamos hasta que la masa adquiera una textura arenosa, con grumos del tamaño de un guisante. Es normal que tenga este aspecto. Añadimos un par de cucharadas de agua fría y seguimos removiendo. Como es probable que la masa tenga todavía un aspecto agrietado y sin coherencia, añadimos otro par de cucharadas de agua fría y mezclamos. En este momento la masa ha de tener ya una consistencia homogénea y con un aspecto uniforme.
Hacemos una bola y la envolvemos en plástico de cocina. Refrigeramos durante unos 30 minutos. Se puede congelar y tener así hasta dos meses.
Pasado este tiempo, sacamos la masa del frigorífico. Enharinamos la superficie donde vamos a trabajar la masa. Con un rodillo estiramos la masa hasta formar un disco de un tamaño suficiente para cubrir el molde que vayamos a usar para hacer la tarta. Colocamos sobre el molde y recortamos los sobrantes de masa.
Vamos ahora con el relleno.
En una sartén calentamos la mitad de la taza de azúcar hasta obtener un caramelo clarito, rubio. Una vez que el azúcar comience a derretirse y a tomar color removemos y lo apartamos del fuego para evitar que el caramelo coja mucho color. Mucho cuidado con el caramelo. Una de las peores quemaduras en la cocina es la del caramelo.
Añadimos la crema espesa o la nata poco a poco, sin dejar de remover. Si el caramelo se ha enfriado y comienza a formar grumos, ponemos de nuevo al fuego, a baja temperatura y removemos hasta que se forme una crema homogénea. Incorporamos la mantequilla y el ron o licor que hayamos elegido (o sin licor) y mezclamos hasta que la crema quede homogénea. Dejamos que la crema se enfríe por lo menos unos diez minutos. Reservamos.
Cortamos la calabaza en dados y la cocemos hasta que quede blanda. En unos 10-15 min estará lista. Con un tenedor o una cuchara aplastamos la calabaza cocida hasta obtener un puré. Yo usé la mitad de una calabaza tipo cacahuete, más o menos 400-500g.
En un cuenco mezclamos el puré de calabaza con el azúcar restante, la mezcla de especias y el extracto de vainilla. Añadimos los huevos de uno en uno. Hasta que no se incorpore el primer huevo no añadimos el segundo. Mezclamos con la crema de caramelo que hemos hecho antes. Removemos hasta que se integre perfectamente. Ya tenemos nuestro relleno preparado.
Pinchamos la masa con un tenedor y añadimos el relleno.
Horno
Colocamos la tarta en el horno a unos 180 ºC y dejamos que se cocine durante 50-60 minutos o hasta que el centro de la tarta esté cocinado pero sin pasarnos. El centro ha de quedar un poquito jugoso. Se acabará de hacer cuando se enfríe.
Dejamos enfriar la tarta sobre una rejilla por lo menos durante 30 minutos.
Decoración
Para decorar esta tarta deliciosa vamos a montar un poco de nata. En un recipiente batimos la nata hasta montarla con unas cucharadas de azúcar al gusto. Colocamos la nata montada en una manga pastelera y decoramos la superficie de la tarta como más nos guste. Acabamos la decoración con un poco de salsa de caramelo. Os recuerdo que en una entrada anterior hicimos esta deliciosa salsa.
Esta tarta os va a encantar. El relleno es jugoso y con un sabor increíble y contrasta con la masa crujiente. Es una de mis tartas favoritas. Segura que en cuanto la hagáis también se convertirá en uno de vuestros postres favoritos.
Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.
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