Después de las fiestas navideñas volvemos a la normalidad en La Dulceneta con una receta muy sencilla, Mermelada de piña y jengibre.
Esta mermelada de piña la preparé estas pasadas Navidades para regalar a unos cuantos amigos. ¿Vosotros también regaláis cosas hechas por vosotros mismos? A mí me encanta, creo que es mucho más personal y disfruto muchísimo haciéndolo.
Me apetecía regalar unos botes de mermelada pero no se me ocurría de qué sabor prepararla y un día en el supermercado vi unas hermosísimas piñas y pensé, ¿qué tal quedaría una mermelada de piña y jengibre? El resultado fue buenísimo.
Con los ingredientes que os doy salen, aproximadamente, cuatro tarros de 250ml de capacidad.
Comenzamos con la mermelada de piña y jengibre.
Ingredientes
- 1 kg de piña limpia
- 600 g de azúcar
- Zumo de medio limón
- Un trozo de jengibre fresco
- Espesante: pectina, agar-agar, etc. Opcional
Elaboración de la mermelada de piña y jengibre
Hacer mermelada en casa es muy sencillo y muy gratificante. Con un mínimo esfuerzo conseguimos productos de alta calidad y sin aditivos artificiales, totalmente naturales y caseros.
Entre los ingredientes os hablo de la pectina. La pectina es una sustancia orgánica vegetal que se encuentra en muchas frutas. Su principal función es espesar y dar consistencia a las mermeladas. He de decir que a mí las mermeladas no me gustan muy espesas y que en la mayoría de mermeladas que preparo no añado ningún espesante.
Cómo hacer pectina casera
En el mercado ya existe pectina preparada pero me parece una buena idea contaros cómo prepararla en casa de una manera muy sencilla.
Como os comentaba antes, la pectina aparece de forma natural en muchas frutas. Las frutas que más pectina tienen son las manzanas, los membrillos, los limones y las grosellas. Las que menos pectina contienen son aquellas que tienen más agua en su composición, como la piña, el melón, el kiwi, etc.
Para preparar pectina caseras usaremos manzanas, cuanto más ácidas, mejor. Cortamos 4 o 5 manzanas en trozos grandes, sin pelarlas y sin quitarles el corazón. Las ponemos en una cazuela y las cubrimos con agua, Calentamos hasta que comiencen a hervir y en ese momento bajamos el fuego. Cocinamos las manzanas durante 40-50 minutos. Pasado ese tiempo dejamos que las manzanas y el líquido se templen un poco y con la ayuda de un colador o de una estameña colamos la mezcla. Dejamos colar durante un buen rato. Podemos dejarlo toda una noche colando si queremos.
El líquido que hemos obtenido al cocer las manzanas lo volvemos a calentar hasta que se reduzca a la mitad. Una vez que ha reducido, dejamos que se enfríe y podemos guardarlo en tarritos de cristal.
Con dos o tres cucharadas de pectina podemos espesar un kilogramo de mermelada.
Otras formas de espesar mermeladas y confituras
Si no te apetece o no tienes tiempo de preparar pectina puedes espesar tus mermeladas de varias maneras:
- Usando pieles y corazones de manzana: podemos hacer un paquetito con un trozo de tela o gasa limpia con las pieles y el corazón de una manzana. Introducimos este paquete en la cazuela en la que estemos preparando la mermelada y al finalizar lo sacamos.
- Con cítricos: los limones y las naranjas tienen un alto contenido en pectina por lo que podemos usarlos a la hora de preparar una mermelada. Bastará con añadir dos o tres cucharadas de zumo por cada kg de mermelada. También podemos añadir un trozo de la cáscara, sin parte blanca para que no amargue. Al final de la cocción de la mermelada, retiraremos la cáscara de limón. En el caso de la mermelada de piña de hoy, he usado zumo de limón para que espese un poco.
- Gelatinas: en el caso de que queramos preparar una mermelada sin azúcar, tendremos que emplear gelatina para espesar. El azúcar, además de endulzar una mermelada, tiene como función espesar y dar consistencia a la mezcla.
Cómo hacer la mermelada de piña y jengibre
Después de esta parrafada que os he soltado, vamos a ponernos manos a la obra con la mermelada de piña y jengibre.
Necesitamos un kilo de piña madura, limpia y sin el troncho central, ya que es muy duro y fibroso y para la mermelada no nos interesa.
Cortamos la piña en trozos de, más o menos, dos o tres centímetros. Ponemos los trozos de piña en una cazuela amplia y añadimos el azúcar y el zumo de medio limón. Calentamos hasta que la mezcla comience a hervir. Llegado ese momento, bajamos el fuego y dejamos que la mezcla se cocine durante 45 minutos.
A mitad de cocción añadimos el jengibre fresco. Lo pelamos con ayuda de una cuchara o con un cuchillo afilado y lo rallamos. También podemos incorporarlo partido en trozos pequeños.
Pasados los 45 minutos, apagamos el fuego. Lo más probable es que los trozos de piña no se hayan deshecho por completo. Para obtener una consistencia de mermelada lo mejor es pasar la mezcla por la batidora. Batimos hasta que los trozos de piña se rompan y la mezcla adquiera el cuerpo de una mermelada convencional.
Cómo envasar la mermelada de piña
Como os he contado en otras recetas de mermelada, yo envaso la mermelada estando aún caliente. De esta manera, al cerrar los botes se hace vacío a medida que se va enfriando. Es una manera muy rápida y fácil de envasar cuando no hemos preparado mucha cantidad de mermelada. Llenad los botes, previamente esterilizados, hasta el borde y cerrad rápidamente.
Si queréis que vuestra mermelada de piña y jengibre os dure más tiempo podéis consultar el blog de Claudia & Julia, donde os cuentan a la perfección cómo esterilizar y pasteurizar mermeladas y conservas.
Es muy importante, a la hora de hacer mermeladas en casa, elegir un tarro con un buen cierre. Si reciclamos tarros os aconsejo cambiar las tapaderas. Son muy baratas y al usar tapas nuevas nos garantizamos un buen cierre en nuestra mermelada.
También podéis usar tarros con tapas herméticas. Yo, desde hace un tiempo, uso estos tarros de Weck y estoy muy contenta con ellos. Además, son súper bonitos y podemos usar la tapa una y mil veces. Cuando la junta de goma está deteriorada, basta con cambiarla.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima
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