Dulce

Magdalenas de aceite de oliva virgen

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Después de tantas tartas de fiesta y galletas diferentes hoy vamos a hacer una receta de las de toda la vida. Vamos preparar unas Magdalenas de aceite de oliva virgen como las que hacían nuestras abuelas, o por lo menos muy parecidas.

magdalenas de aceite de oliva

Creo que a estas alturas ya todos conocemos las cualidades del aceite de oliva virgen extra. España es tierra de olivos y por lo tanto de buenos aceites, por lo que no tenemos excusa para empezar a usarlo con más frecuencia en repostería. Quizás, para determinadas preparaciones como galletas y bollería el aceite de oliva no es lo más indicado donde la reina es la mantequilla pero para bizcochos, masas para pan, magdalenas… es el ingrediente estrella. Además, no siempre tenemos que utilizar aceite de oliva virgen extra, ya que su fuerte sabor puede ser demasiado protagonista en determinadas recetas pero siempre lo podemos sustituir por variedades más suaves.

Hay un antes y un después de estas magdalenas de aceite, creedme. Una vez que probéis estas magdalenas caseras ya no volveréis a comprar magdalenas industriales, palabra. Son fáciles, son ricas y lo mejor, con un ingrediente sanísimo como es el aceite de oliva, eso sí con moderación como todo en esta vida.

Comenzamos con estas riquísimas magdalenas de aceite de oliva virgen. Id preparando el café.

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Ingredientes

Para una docena de magdalenas de aceite.

  • 125 ml de aceite de oliva virgen extra (el qué más os guste)
  • 120 g de azúcar
  • 2 huevos L
  • 165 g de harina
  • 1 cucharadita de levadura química
  • 1 limón
  • Una pizca de sal

Elaboración de las magdalenas de aceite de oliva

Precalentamos el horno a 180ºC.

En una bandeja para magdalenas o cupcakes colocamos las cápsulas de papel. Puedes usarlas blancas, de colores, con estampados pero para recetas tradicionales me gusta que las cápsulas sean de color blanco.

En un recipiente amplio cascamos los huevos que han de estar a temperatura ambiente. Con una varilla eléctrica o manual batimos hasta que los huevos comiencen a espumar y aumentar de tamaño. A continuación añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que la mezcla triplique su tamaño. De esta manera introducimos mucho aire en la masa y cuando horneemos las magdalenas éstas nos quedarán esponjosas y muy tiernas. Es un paso sencillo pero que debemos hacer bien. Merece la pena “gastar” un poco de tiempo para que los huevos monten correctamente.

Una vez que los huevos estén montados añadimos el aceite de oliva. Lo mejor es añadirlo en forma de hilo fino, igual que hacían nuestras abuelas para montar una mahonesa sin batidora ni robot de cocina. De esta manera la masa engordará igual que la citada mahonesa. Este paso también es muy importante y conviene hacerlo bien, con un poquito de paciencia para que luego nuestras magdalenas sepan a gloria.

Lavamos y secamos el limón y rallamos toda la piel con cuidado de no llegar a la capa blanca ya que es bastante amarga y puede estropearnos las magdalenas. Añadimos la ralladura a la masa y mezclamos con una espátula para incorporar toda la ralladura de limón.

En otro recipiente tamizamos la harina con la levadura química y la pizca de sal. Sólo nos queda añadir esta mezcla a la anterior. Con una espátula o cuchara grande incorporamos la mezcla de harina con movimientos envolvente, sin remover demasiado. Lo justo para que la masa no tenga grumos de harina y nos quede lisa y homogénea. Si batimos la masa en exceso el gluten del trigo comienza a desarrollarse y al hornear las magdalenas no nos van a quedar tan esponjosa. El exceso de batido suele endurecer las masas, por consiguiente, nos endurecerá las magdalenas.

¿Cómo consigo que las magdalenas me queden con copete?

Con una cuchara llenamos las cápsulas de papel. Es MUY, MUY, MUY IMPORTANTE no llenar en exceso las cápsulas de papel para que nos queden con el característico copete. Con llenar las cápsulas hasta la mitad es suficiente. Si las llenamos más la magdalena al hornearse tenderá a desparramarse un poco hacia los lados en lugar de crecer hacia arriba. Es mejor quedarse un poco corto que pasarse con la cantidad de masa.

Otro factor importante para que nos salga el copete es usar una bandeja para magdalenas o cupcakes. Al estar la masa limitada por los lados no le queda más remedio que crecer por arriba.

También es importante cómo las horneemos. Lo mejor es usar calor por arriba y abajo sin ventilador. El aire podría evitar que las magdalenas subieran derechas y al final tendríamos una magdalena con el copete torcido.

Una vez que tengamos las cápsulas llenas de masa dejamos que reposen por lo menos 20-30 minutos a temperatura ambiente. Incluso las puedes preparar con antelación por la noche y guardar la bandeja en el frigorífico. Por la mañana sólo tienes que hornearlas y en 15 minutos tienes magdalenas caseras para desayunar.

Después del tiempo de reposo les añadimos una cucharadita de azúcar blanco por encima. Listas para hornear.

magdalenas de aceite de oliva

Horno

Con el horno precalentado a 180ºC las hornearemos durante 15-16 minutos. Para que nos salgan las magdalenas de aceite bien bonitas y bien altas es muy importante NO ABRIR JAMÁS EL HORNO. Este es otro factor fundamental para que las magdalenas nos queden perfectas.

Una vez que haya pasado el tiempo de horneado sacamos la bandeja de magdalenas y dejamos que se enfríe sobre una bandeja unos 5 minutos.

magdalenas de aceite de oliva

Cuando las magdalenas se puedan tocar y no quemen las sacamos de los huecos de la bandeja y dejamos que se enfríen por completo sobre la rejilla. Si dejamos que se enfríen dentro de la bandeja la condensación puede despegar las cápsulas de las magdalenas.

magdalenas de aceite de oliva

Ya tenemos listas nuestras magdalenas de aceite de oliva virgen. Ya me las estoy imaginando con una taza de café o un buen té rojo a la hora del desayuno o de la merienda.

magdalenas de aceite de oliva

Con esta receta os aseguro que nunca más vais a comprar magdalenas industriales en el supermercado. Tienen un sabor delicioso, como las magdalenas de nuestras abuelas. Tiernas, jugosas, ligeras… en una palabra, increíbles.

Se conservan bien durante 3-4 días en una lata o recipiente hermético.

Espero que os haya gustado y hasta la próxima.

 

 

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