¿Quieres preparar un aperitivo sencillo, casero y muy muy rico? Pues apunta esta receta de Galletas saladas de parmesano y cebollino. En menos de lo que bajas al supermercado a comprar un paquete de galletas saladas industriales tienes preparadas estas delicias.
Son ideales para cualquier aperitivo, para acompañar a un buen vino o una cerveza. En la próxima fiesta en tu casa no van a faltar, os lo aseguro.
Siempre que pensamos en galletas caseras lo hacemos en su versión dulce y pocas veces se nos ocurre hacerlas saladas. En próximas entradas de La Dulceneta haremos más galletas saladas para que tengáis un amplio recetario. Pero eso será más adelante.
Hemos usado cebollino porque me parece que con el queso parmesano combina muy bien. También podríamos usar perejil fresco o cualquier otra hierba fresca. Un toque de frescura viene fenomenal para equilibrar la galleta.
Id preparando una buena copa de vino o una cerveza artesana que yo pongo el aperitivo, Galletas saladas de parmesano y cebollino.
Ingredientes
Para 20-24 galletas, dependiendo del tamaño.
- 1 huevo L
- 150 g de mantequilla sin sal
- 300 g de harina
- 100 g de queso parmesano en polvo
- Una pizca de sal
- Sal gruesa o en escamas
- Cebollino fresco al gusto
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- Pimienta negra recién molida
Elaboración de las galletas saladas
En un recipiente amplio batimos la mantequilla punto pomada con unas varillas. Estas galletas saladas son tan fáciles de hacer que no nos hace falta ni batidora de varillas ni robot de cocina. Si quieres, puedes usarlos pero no es necesario.
Cuando tengamos la mantequilla cremosa añadimos el huevo, que tiene que estar a temperatura ambiente, para que se integre mejor. Batimos hasta obtener una mezcla lisa y sin grumos.
En otro recipiente mezclamos la harina con el bicarbonato, la sal, el queso parmesano en polvo y la pimienta recién molida. La cantidad de pimienta la dejo al gusto de cada uno. Con una pizca es suficiente, no queremos que piquen luego las galletas saladas. Ya haremos galletas picantes, tengo unas en mente que os van a encantar pero ya os lo contaré en otro post.
Picamos el cebollino fresco en trozos pequeños, con cuidado de no aplastarlo con el cuchillo. El cebollino tiene un delicado sabor a cebolla, muy sutil y nada agresivo. A mí me encanta para aderezar platos de pescado, ensaladas, arroces…
Añadimos el cebollino picado a la mezcla de ingredientes secos que habíamos preparado antes.
Incorporamos la mezcla de ingredientes secos a la que habíamos preparado al principio y con ayuda de una espátula vamos mezclando. También podemos mezclar con la mano, eso sí, siempre bien limpias. Ya tenemos la masa de galletas saladas lista.
Reposo de la masa
Cortamos un trozo de film de cocina y sobre él colocamos nuestra masa de galletas saladas. La tapamos y aplastamos ligeramente hasta formar un disco. Guardamos la masa en el frigorífico, por lo menos una hora.
Horneado de las galletas saladas
Precalentamos el horno a 180ºC.
Cuando la masa haya reposado el tiempo suficiente, la sacamos del frigorífico y sobre una superficie limpia y enharinada la estiramos. Dejaremos un grosor de masa aproximado de 4-5 mm. Con ayuda de un cortapastas, cortamos nuestras galletas saladas.
Una vez que tengamos toda la masa cortada con la forma que más nos guste, las pasamos a una bandeja a la que previamente habremos cubierto con un trozo de papel vegetal o de horno y les añadimos unos cristales de sal gruesa o de sal en escamas por encima. También podéis añadir algo más de pimienta si os apetece.
Estas galletas no van a crecer mucho en el horno así que podéis llenar la bandeja a tope, pero sin pasaros. Dejaremos un centímetro más o menos entre una galleta y la siguiente.
Con el horno caliente horneamos a 180ºC durante 10-12 minutos. Es muy importante no despistarse para que no se nos quemen las galletas en el horno.
Pasado este tiempo, las sacamos del horno y dejamos que se enfríen sobre una rejilla.
Conservación de las galletas saladas
Estas galletas se conservan estupendamente 2-3 días guardadas en un recipiente hermético o en una lata. A mí me gustan más las latas de metal que los recipientes de plástico pero es una cuestión personal, más que nada porque las latas suelen ser mucho más bonitas que un recipiente de plástico. También podéis conservarlas en una bolsa de plástico con cierre tipo “zip”.
Os van a sorprender estas galletas saladas de parmesano y cebollino. Tienen un profundo sabor a queso pero nada empalagoso ni fuerte. Además, el cebollino le da un toque fresco que compensa el sabor del parmesano.
Ya nos contaréis que tal os han quedado. Y si tenéis alguna duda preguntadnos, por favor, os atenderemos encantados.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
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