Hacía tiempo que quería hacer estas delicadas Galletas de vainilla con mermelada de fresa también llamadas thumbprint cookies.
Son unas galletas ideales para tomar a la hora del café y se llaman así porque el hueco en el cual se coloca la mermelada se hace con el pulgar, apretando suavemente. De esta manera no nos hace falta ningún cortador de galletas ni nada por el estilo, sólo tener las manos bien limpias.
Se preparan en un momento y podéis usar la mermelada que más os guste. Yo he usado mermelada de fresa porque me encanta pero quedarían riquísimas con mermelada de albaricoque, de frambuesa… o incluso con un buen lemon curd casero. Os recuerdo que en La Dulceneta tenemos una receta de lemon curd para chuparse los dedos.
Comenzamos con estas Galletas de vainilla y mermelada de fresa.
Ingredientes
Para 20-24 galletas.
- Un huevo L
- 125 g de mantequilla punto pomada
- 120 g de azúcar
- 220 g de harina
- 1/4 tsp de bicarbonato sódico
- 1 cucharada de esencia de vainilla
- Una pizca de sal
- Mermelada de fresa
Elaboración de las galletas de vainilla
Lo mejor es tener la mantequilla punto pomada. Para ello sacaremos la mantequilla del frigorífico unas cuantas horas antes de hacer las galletas, mejor incluso toda la noche si es que las vamos a hacer por la mañana.
Con unas varillas manuales o eléctricas batimos la mantequilla hasta que nos quede cremosa. A continuación añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta obtener una crema suave, sin grumos y de color pálido.
Añadimos el huevo, que ha de estar también a temperatura ambiente. Si el huevo está frío, se nos cortará la mezcla y nos aparecerán grumos de mantequilla solidificada. Batimos hasta que el huevo se integre por completo en la mezcla. En este paso también añadimos la vainilla. Se puede usar pasta de vainilla que es mucho más concentrada y que contiene las semillas de la vaina de vainilla.
En otro recipiente mezclamos la harina con el bicarbonato sódico y la sal. Tamizamos la mezcla para evitar que se nos forme algún grumo.
Añadimos esta mezcla a la preparación anterior y con una espátula o una cuchara grande mezclamos hasta obtener una masa de galletas homogénea y sin grumos. La masa ha de estar lisa tanto al tacto como a la vista.
Reposo de la masa de galletas
Esta masa de galletas de vainilla es un poco blanda ya que el contenido en harina es bajo. Para poder manejarla y formar las galletas la refrigeraremos, como mínimo, una hora.
Pasado este tiempo sacamos la masa del frigorífico. Hacemos bolitas del tamaño de una nuez, más o menos y las colocamos sobre una bandeja en la que previamente habremos colocado una hoja de papel de horno o vegetal.
Separamos las bolitas de masa bastante ya que luego en el horno van a crecer un poco. Lo mejor es hornear una docena de galletas de vainilla cada vez, si vuestra bandeja de horno es grande.
Una vez que tengamos las bolitas colocadas en la bandeja las aplastamos ligeramente con el pulgar para hacer una cavidad en el medio de la galleta. En el hueco que se forma pondremos una cucharadita de mermelada de fresa o del sabor que más os guste.
Horno
Precalentamos el horno 10 minutos a 170ºC.
Horneamos durante 10-12 minutos con calor por arriba y abajo. Lo mejor es no despistarse mucho porque las galletas se hacen en poco tiempo y se nos pueden quemar en un santiamén.
Cuando estén hechas las sacamos del horno y colocamos la bandeja sobre una rejilla para que se enfríen. No manipuléis las galletas estando aún calientes porque se os romperán y os podéis quemar ya que la mermelada estará hirviendo al salir del horno. Cuando estén templadas las pasáis directamente a la rejilla para que se enfríen del todo.
Una vez frías las podéis guardar en una lata o en un recipiente hermético. Nos durarán dos o tres días en perfectas condiciones.
Como os comentaba antes son unas galletas ideales para tomar a la hora del café o del té. Más que galletas podríamos decir que son pastas de té pero da igual cómo las llamemos ya que de todas formas estarán buenísimas.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
No Comments