Ya sabéis que en La Dulceneta nos encanta hacer galletas y siempre estamos buscando algún ingrediente o sabor que las haga especiales o diferentes. En esta ocasión vamos a preparar unas galletas de lavanda y limón que os van a sorprender.
Lo que hace especial a estas galletas es que vamos a usar flores de lavanda secas. En cocina es bastante habitual usar flores comestibles en ensaladas, postres… y para que veáis algunos ejemplos os dejo este post tan interesante de Tía Alia sobre flores en gastronomía.
Las flores de lavanda podéis comprarlas en herbolarios y tiendas especializadas en productos para cocina y repostería. En cualquier herbolario de vuestro barrio o pueblo creo que será fácil encontrarlas.
Son unas galletas muy sencillas pero con un ingrediente que sorprenderá a vuestros invitados, amigos o familiares.
La lavanda es un aroma que me encanta. Generalmente no me gustan los olores de flores como las rosas y flores similares pero la lavanda me transporta a otros lugares y a otros tiempos. A los maravillosos campos de lavanda de la Provenza o de Brihuega, en Guadalajara. Tenemos campos maravillosos de lavanda muy cerca de nuestra casa y casi ni nos enteramos. Incluso hay un festival a mediados de julio en estos preciosos campos manchegos. ¡Estoy deseando ir a verlos un año de estos!
Encendemos el horno y nos ponemos a preparar estas Galletas de lavanda y cítricos.
Ingredientes
Para 20-24 galletas
- 125 g de mantequilla sin sal
- 125 g de azúcar
- 275 g de harina
- 1 huevo L
- Una pizca de sal
- Una cucharada de flores de lavanda secas
- 1 cucharadita de esencia de lavanda o extracto de violetas
- Ralladura de un limón (o de lima o naranja, lo que más os guste)
- Azúcar para espolvorear
Elaboración de las galletas de lavanda
Preparación de la masa de galletas de lavanda
Como todas las galletas de mantequilla, su elaboración comienza por tener todos los ingredientes a temperatura ambiente. Si partimos de este paso tendremos garantizado el éxito de nuestras galletas de lavanda.
En primer lugar vamos a batir la mantequilla punto pomada hasta obtener una crema blanquecina y lisa. A continuación añadimos el azúcar y batimos de nuevo hasta que el azúcar se integre por completo en la mantequilla.
Añadimos el huevo y batimos hasta que se incorpore por completo en la mezcla. En este punto incorporamos una cucharadita de esencia de violetas y las flores de lavanda secas, además de la ralladura de cítricos. Batimos de nuevo hasta obtener una masa homogénea.
En un recipiente amplio mezclamos la harina con la pizca de sal y tamizamos. Añadimos la harina tamizada a la mezcla anterior y amasamos hasta obtener una masa de galletas lisa, homogénea y sin grumos.
Reposo de la masa de galletas de lavanda
La mezcla estará un poco pegajosa. Para poder trabajar con ella tendremos que refrigerar la masa un rato. Envolvemos la masa de galletas de lavanda en un trozo de plástico de cocina y la enfriamos durante media hora, como mínimo.
Pasado este tiempo sacamos la masa del frigorífico y dejamos que se atempere 5-10 minutos.
Sobre una superficie enharinada estiramos la masa con ayuda de un rodillo. Estiramos hasta obtener un grosor de 4-5 mm, aproximadamente. Podemos usar un cortador de galletas redondo con el borde liso u ondulado. Si no tenemos cortador de galletas podemos cortar la masa con un cuchillo en forma de cuadraditos, igual que cuando cortamos una tortilla de patata.
Sobre una bandeja de horno colocamos un trozo de papel vegetal o un silpat o tapete de silicona para evitar que las galletas de lavanda se peguen a la bandeja.
Colocamos las galletas en la bandeja y las espolvoreamos con un poco de azúcar por encima. Si después de darles forma a las galletas de lavanda éstas están un poco blandas podemos meterlas en el frigorífico 5-10 minutos para que estén más firmes a la hora de hornear.
Horno
Precalentamos el horno a 180ºC durante unos minutos.
Cuando el horno esté caliente metemos la bandeja de galletas de lavanda y dejamos que se cocinen durante 10-12 minutos a 180ºC.
Pasado este tiempo sacamos la bandeja del horno y dejamos que se enfríe sobre una rejilla. Cuando las galletas estén templadas las pasamos directamente a la rejilla y dejamos que se enfríen por completo.
Para almacenarlas lo mejor es una lata o un recipiente con cierre hermético. Se conservarán en perfectas condiciones 3-4 días.
Estas galletas de lavanda y limón son ideales para tomar a media mañana o en el desayuno. Podéis hacerlas más pequeñas y serán perfectas para una merienda o para acompañar a un té o café. Y lo mejor de todo va a ser el olor que tendréis en vuestra casa, increíble.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
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