La receta de esta semana es todo un clásico de la repostería francesa. Vamos a preparar las famosas madeleines o magdalenas francesas que podemos ver en muchas pastelerías o incluso en películas.
Las madeleines son unos delicados y elegantes bizcochitos, con un toque avainillado y que en algunas ocasiones pueden estar espolvoreadas con azúcar glasé. Otras recetas de madeleines pueden llevar ralladura de limón o de naranja, canela o una virutas de chocolate pero la receta original suele hacerse con esencia o extracto de vainilla. Si tienes vainas de vainilla mucho mejor.
Para elaborar las madeleines necesitamos un molde especial con forma de concha como el que podéis ver en las fotos de este post. En cualquier tienda de repostería o ferretería los podéis encontrar sin mucha dificultad. En su mayoría son metálicos pero también podéis encontrarlos de silicona. Ya sabéis que nosotros preferimos los de metal pero los moldes de silicona se desmoldan mucho mejor. Elegid el que más os guste o se adecue a vuestras necesidades.
Comenzamos con la receta de hoy, que es muy sencilla y cortita. ¡A por la madeleines!
Ingredientes
Para una 12-14 madeleines grandes o 20-24 medianas. Todo dependerá del tamaño de vuestro molde.
- 2 huevos L
- 90 g de azúcar
- 125 g de harina
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo
- 2 cucharadas de leche
- 70 g de mantequilla
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Una pizca de sal
Elaboración de las madeleines
Precalentamos el horno a 180-190ºC.
Si nuestro molde es metálico lo engrasamos generosamente con aceite o con spray desmoldante para que luego podamos despegar nuestras madeleines sin dificultad. Espolvoreamos harina en los huecos del molde y retiramos el exceso con unos suaves golpecitos. Reservamos.
En un recipiente o cuenco mezclamos los huevos con el azúcar. Batimos hasta que el azúcar se haya disuelto y la mezcla tome un tono amarillo pálido. Añadimos la esencia de vainilla.
En otro recipiente mezclamos la harina con la levadura y la pizca de sal. Tamizamos para eliminar posibles grumos y para que la mezcla se airee un poco.
La mantequilla necesitamos tenerla derretida por completo. Podemos calentarla 30 segundos en el microonddas o en un cazo pequeño al fuego, teniendo cuidado de que no se nos queme.
Esta es una diferencia muy importante si comparamos con cualquier receta de magdalenas tradicionales españolas en las que usamos mantequilla punto pomada o aceite de oliva. Os preguntaréis si se puede sustituir la mantequilla por aceite de oliva. Yo nunca las he hecho con aceite ya que lo más característico de las madeleines es el sabor a mantequilla, y siendo un dulce francés lo más normal es usar mantequilla. Probablemente se pueda sustituir pero creo que perderían su delicadeza y sabor. Reservamos la mantequilla derretida y dejamos que se temple.
Añadimos la mezcla seca a la mezcla de huevos y azúcar y removemos con delicadeza hasta que la masa quede homogénea y sin grumos. Incorporamos las dos cucharadas de leche y mezclamos hasta que se integren por completo.
Por último añadimos la mantequilla derretida a la mezcla y removemos hasta que se incorpore por completo en la masa de madeleines. No batir en exceso la mezcla.
Llenado del molde de madeleines
Ya tenemos nuestra masa para las madeleines lista. Ahora a rellenar el molde.
Dependiendo del tamaño del molde colocaremos una cucharada en cada hueco del molde de forma que no rebose en ningún momento ya que luego en el horno crecen. Llenamos hasta 2/3 partes de la capacidad del hueco del molde. Ante la duda es mejor quedarse un poco corto que poner más masa de la necesaria y que más tarde se nos salga del molde al hornear.
Horno
Horneamos sin ventilador durante 8-9 minutos a 190ºC. Las madeleines comenzarán a subir en el horno. No abráis el horno bajo ningún concepto. Si hemos hecho todo bien comenzará a aparecer la típica “barriguita” de las madeleines. Cuando esté horneadas las sacamos y dejamos enfriar unos minutos sobre una rejilla. Desmoldamos a continuación y dejamos que se enfríen por completo sobre la rejilla.
Una vez que estén frías las podemos decorar espolvoreando un poco de azúcar glasé.
¿Qué os han parecido estas madeleines? A mí me encantan para tomar a la hora del café o del té. Son tan ligeras y delicadas que te las comerás de dos en dos.
A partir de esta receta básica de madeleines podemos incorporar otros toques y sabores: añadir un poco de café soluble a la mezcla, unas virutas de chocolate negro o un par de cucharadas de crema de cacao y avellanas, una cucharadita de canela en polvo o jengibre, ralladura de cítricos, esencia de frutas del bosque… Lo que se os ocurra. Van a quedar igualmente deliciosas.
Se conservan durante dos o tres días guardadas en un recipiente hermético o en una lata.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
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