Los panes planos como esta Focaccia con cebolla roja y parmesano que vamos a preparar hoy en La Dulceneta me encantan.
Son fáciles de hacer y el resultado suele ser estupendo. Sólo tenemos que dejar que la masa leve el tiempo indicado y obtenemos esta maravilla sin apenas esfuerzo.
Si queremos que la focaccia sea un poco más gordita colocaremos la masa en una bandeja un poco más pequeña y de esta manera nos quedará más alta. Luego podremos usarla para hacer sandwiches y bocadillos, perfectos para llevar a la playa o al campo.
Hemos usado cebolla roja pero se puede utilizar cebolla normal y corriente o cebolla dulce, que le dará un toque muy rico. Con el queso lo mismo os digo. En esta ocasión hemos usado parmesano pero un queso curado le quedaría de escándalo o un buen queso ahumado para darle un toque diferente. En particular, el queso de Idiazabal le iría fenomenal. Es un queso que me apasiona y que hace una eternidad que no pruebo.
Os aconsejo que os leáis la receta un par de veces para calcular bien los tiempos de levado que necesita la focaccia.
¡Empezamos!
Ingredientes
- 450g de harina floja o normal
- 225 ml de agua templada
- 12 g de levadura fresca
- 10 g de sal
- 50 ml de aceite de oliva virgen extra
- 1 cebolla roja
- Queso parmesano (rallado o en lascas)
- Pimienta y orégano
Elaboración de la focaccia
Es una focaccia muy sencilla de hacer pero hemos de respetar los tiempos de levado y tener cuidado de que no haya corrientes de aire o cambios bruscos de temperatura en el lugar en el cual dejemos reposar la masa.
En primer lugar mezclamos el agua templada con la levadura fresca. A mi me gusta añadir una pizca de azúcar para asegurarnos de que la levadura no se muera y tenga algo que comer. Removemos hasta que la levadura se disuelva por completo en el agua.
Dejamos la mezcla en un lugar oscuro o tapada con un paño limpio hasta que comiencen a formarse burbujas en la superficie, unos quince o veinte minutos.
En un recipiente amplio colocamos la harina con la sal y hacemos un volcán central. Añadimos la mezcla de agua y levadura y el aceite y con las manos limpias mezclamos hasta obtener una masa homogénea y lisa. Podéis amasar dentro del cuenco o en una superficie enharinada. No es necesario amasar durante mucho tiempo, sólo el necesario para que todos los ingredientes se mezclen correctamente.
Primer levado
Una vez que tengamos la masa, le damos forma de bola y la colocamos de nuevo en el recipiente en el cual hemos hecho la mezcla. Tapamos con un plástico de cocina o con un paño limpio.
Dejaremos levar la masa durante 1´5-2 horas en un lugar cálido, por ejemplo, la cocina. Ahora que hace calor, los tiempos de levado pueden variar. Puede que en poco más de una hora nuestra masa haya doblado su tamaño.
Segundo levado
Una vez que la masa haya doblado su tamaño, la pasaremos a una superficie enharinada y la desgasificaremos, es decir, con suaves golpes le sacaremos el aire que contiene. La estiraremos hasta darle forma rectangular, del mismo tamaño que la bandeja que vayamos a utilizar.
Colocamos la masa estirada en la bandeja y con un paño limpio la tapamos para dejarla levar durante una hora más.
Mientras la masa sube prepararemos la cebolla. La cortamos por la mitad y la picamos lo más fina que podamos.
En una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva salteamos la cebolla con una pizca de sal y pimienta unos 3-4 minutos a fuego medio. No es necesario cocinarla mucho ya que luego va a ir al horno. Incluso podemos saltarnos este paso y colocarla cruda por encima de la focaccia antes de meterla en el horno.
Cuando la masa haya levado por segunda vez colocamos la cebolla por encima de la focaccia y añadimos un chorrito de aceite y orégano al gusto.
Horno
Precalentamos el horno a 220ºC con calor por arriba y por abajo.
Horneamos la focaccia durante 20-25 minutos o hasta que la superficie esté dorada. Pasados los primero 10-15 minutos bajamos el fuego a 180-190ºC y dejamos que se acabe de hornear a esta temperatura.
Pasado este tiempo sacamos del horno y añadimos lascas de queso parmesano por encima. Para hacer las lascas lo mejor es usar un pelador de patatas. También puedes añadir parmesano rallado. Con el calor que tiene la focaccia, el parmesano se derretirá un poco y se mezclará con la cebolla.
Ya está lista para comer. Esta focaccia es una buena idea para acompañar a un buen plato de pasta o a una ensalada bien fresquita. Para cenar o para picar algo a media mañana es una alternativa diferente al pan de siempre y como os comentaba antes podemos usarla para hacer bocadillos y rellenarlos de jamón, tomate o un poco de bonito y huevo cocido.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
2 Comments
Carolina Vicente
junio 2, 2017 at 1:03 pmQue buena pintaaaaaa, me la apunto para hacerla, gracias
ladulceneta
junio 4, 2017 at 6:50 pm¡¡Gracias a ti!! Espero que te salga fenomenal. Queremos ver el resultado 🙂