Aprovechando que las temperaturas han bajado un poco, he decido encender el horno y preparar una tarta salada de bimi y queso gorgonzola.
Me encanta usar verduras en la mayoría de recetas saladas que preparo en casa y, por suerte, cada vez hay más tipos y variedades distintas en el mercado.
Hoy probamos el bimi, que es una hortaliza que nació al cruzar el brócoli o brécol y una col china llamada Kai-lan. Se come todo, el tallo y la flor y tiene un sabor muy suave y delicado. A mí me ha encantado y a partir de ahora pasará a formar parte de mi lista de ingredientes sin dudarlo.
Para la masa quebrada vamos a utilizar harina de espelta y de avena. Normalmente es fácil encontrarlas en supermercados y grandes superficies. También hay muchos sitios en internet donde venden harinas ecológicas y de calidad, como El Amasadero.
Si no encontráis harina de espelta o de avena, podéis hacer la masa quebrada de la tarta salada con harina de trigo integral o harina blanca normal y corriente.
¡Ya veréis que buena nos va a quedar esta tarta salada de bimi y queso gorgonzola!
Ingredientes
Para un molde de 22-24 cm.
Para la masa quebrada de espelta y avena
- 100 g de mantequilla punto pomada
- 90 g de harina integral de espelta
- 90 g de harina de avena
- 1 huevo
- 2 cucharadas de agua fría
- Sal y pimienta
Para el relleno de la tarta salada
- 6-8 ramilletes de bimi
- Medio calabacín
- Media cebolla dulce o cebolleta
- 4 huevos
- 250 ml de leche evaporada
- Queso gorgonzola al gusto
- Sal, pimienta y especias (orégano, romero, hierbas de Provenza…)
Elaboración de la masa quebrada de espelta y avena
Lo más importante a la hora de hacer este tipo de masa quebrada es que la mantequilla esté punto pomada. De esta manera, la masa quebrada quedará muy suave y ligera.
Batimos la mantequilla con unas varillas manuales hasta que esté cremosa y cambie un poco de color, a amarillo pálido.
A continuación añadimos los dos tipos de harina, previamente tamizadas, y una pizca de sal. Si os apetece también podéis añadir un poco de pimienta molida o especias como orégano, tomillo, romero…
Mezclamos con las manos hasta obtener unas migas de masa de aspecto arenoso. Para ligar la masa añadimos el huevo y mezclamos hasta que veamos que la masa queda unida y que no se desmorona mucho. No es necesario amasar mucho, sólo lo justo, hasta que tengamos migas gruesas. Si vemos que la masa está muy seca podemos añadir una par de cucharadas de agua fría.
Cuando tengamos la masa hecha, le damos forma de disco y la envolvemos en film de cocina. Tal y como tenemos la masa ahora no podemos trabajarla ya que al intentar estirarla se nos rompería y se nos pegaría al rodillo con toda seguridad.
Enfriamos la masa quebrada, al menos, una hora en el frigorífico. Podemos prepararla con antelación y dejarla en la nevera hasta media hora antes de usarla. También podemos congelarla y así tendremos siempre masa disponible para hacer ricas tartas, tanto dulces como saladas.
Preparación del relleno de la tarta salada de bimi y queso gorgonzola
Mientras la masa quebrada reposa en el frigorífico podemos comenzar a preparar nuestras verduras.
En primer lugar vamos a cocer el bimi al vapor . Para que las verduras no pierdan propiedades al ser cocinadas lo mejor es hacerlas al vapor. Yo uso una vaporera de acero inoxidable plegable muy cómoda y barata que encontraréis en tiendas de menaje del hogar y ferreterías. También podéis usar vaporeras de bambú o similares.
Cocemos los ramilletes de bimi entre 4-5 minutos; no es necesario darles más cocción porque luego van a ir al horno.
Si no tenéis vaporera podéis cocer el bimi en agua hirviendo durante 4-5 minutos, lo justo para que pierda su dureza.
En esta tarta salada, además de bimi, usaremos alguna verdura más. He añadido medio calabacín cortado en cubitos y media cebolla dulce o cebolleta cortada también en trocitos pequeños. Podríamos usarlos directamente en el relleno sin cocinarlos pero, aprovechando que tenía la vaporera con la que he cocinado el bimi, he aprovechado y he cocido al vapor la cebolla y el calabacín. Con 5-6 minutos es más que suficiente. También podéis saltearlos en la sartén unos minutos con un poco de aceite de oliva.
También podríamos haber usado champiñón, trozos de coliflor, zanahoria… Buscad en vuestra nevera que seguro que hay alguna pieza de verdura olvidada y que os puede venir fenomenal para esta receta.
Una vez que tengamos toda la verdura cocinada la reservamos.
En un cuenco grande batimos los huevos con la leche evaporada y una pizca de sal y pimienta. También podemos añadir la hierba o especia que más nos guste. Yo he añadido un poco de orégano.
Reservamos la mezcla que acabamos de hacer.
Horno
Horneado en “blanco”
Precalentamos el horno a 180-190ºC.
Una vez que nuestra masa quebrada haya reposado en frío, ya la tendremos lista para estirar. Lo mejor es sacarla del frigorífico 10-15 minutos antes de que la vayamos a estirar.
En una superficie enharinada estiramos la masa con la ayuda de un rodillo de cocina. Estiramos hasta que la masa quebrada tenga un grosor de 4-5 mm.
Colocamos la masa estirada en el molde que hayamos elegido. Yo la he horneado en un molde metálico rizado desmontable de unos 23 cm pero también se podría hacer en uno de cerámica o de cristal.
Para que la masa quede perfectamente colocada en el molde nos ayudamos con los dedos, presionando para que se adapte por todo el borde. Con un cuchillo o pasando el rodillo por encima del molde retiramos el sobrante de masa quebrada. Los recortes podemos volver a amasarlos y guardarlos para ser usados en otra ocasión.
Con un tenedor pinchamos toda la base de la masa para que al hornearla ésta no suba.
Colocamos una hoja de papel vegetal o de horno sobre la masa y añadimos unos garbanzos, alubias… que harán de peso a la hora de hornear. Es lo que se denomina horneado en “blanco”.
Horneamos a 180ºC durante unos quince minutos. Pasado este tiempo sacaremos el molde del horno y dejaremos que se enfríe. Retiramos el falso relleno y dejamos que la masa quebrada se enfríe por completo.
Horneado de la tarta salada de bimi y queso gorgonzola
Cuando la masa esté fría incorporamos las verduras que habíamos preparado antes. Las repartimos de forma uniforme sobre la tarta salada. A continuación añadimos la crema de huevos y leche evaporada.
Por último repartimos por toda la tarta salada el queso gorgonzola. El queso gorgonzola tiene un ligero toque dulce que combina a la perfección con las verduras. También podéis usar mozzarella u otro tipo de queso que se funda bien en el horno.
Llevamos la tarta salada al horno y a 180ºC la cocinamos durante 30-35 minutos o hasta que esté cuajada.
Cuando la tarta salada esté horneada la sacamos y dejamos que se enfríe sobre una rejilla metálica.
La tarta salada de bimi y gorgonzola podemos comerla templada o fría y con un buen plato de ensalada tenemos una comida o cena muy completa. Con este tipo de tartas saladas introducimos una gran cantidad de verdura en nuestra dieta e incluso los más tiquismiquis comerán este plato encantados.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
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