Como seguimos un poco en modo vacaciones de verano y no tenemos ganas de liarnos mucho en la cocina, vamos a continuar la nueva temporada con una receta muy sencilla y con la que sorprenderéis a cualquiera, Mermelada de cebolla con vinagre balsámico de Módena.
Es una mermelada deliciosa, que podemos tomar con unas tostadas de buen pan, con una buena selección de quesos o para acompañar a una carne a la plancha o en la barbacoa.
Como ya os he comentado en otras ocasiones, en La Dulceneta estamos intentando reducir al máximo la cantidad de azúcar que usamos. En este caso vamos a usar menos de la mitad del peso de cebollas de azúcar. Incluso podríamos usar únicamente una tercera parte y la mermelada quedaría estupenda igualmente.
Os aconsejo usar un buen vinagre de Módena. Hay una gran variedad de aceto balsámico en los supermercados y tiendas pero hay que tener un poco de cuidado a la hora de elegir. Muchos de estos supuestos vinagres balsámicos no son más que vinagres malos a los que se les añade caramelo y azúcar para hacerlos pasar por aceto. Os dejamos este artículo tan interesante de El Comidista para ilustrar un poco más este tema.
Otra opción, si no tenéis vinagre balsámico o no os gusta es usar vino tinto. Le dará un precioso color y un sabor deliciosos a nuestra mermelada de cebolla.
Comenzamos con la mermelada de cebolla y vinagre balsámico de Módena.
Ingredientes
Para dos tarros medianos.
- 1 Kg de cebollas (aproximadamente)
- 400 g de azúcar (blanco o moreno, lo dejo a vuestro gusto)
- 100 ml de vinagre balsámico de Módena
- Una pizca de sal
- Pimienta negra recién molida (al gusto)
Elaboración de la mermelada de cebolla y vinagre balsámico
Esta mermelada de cebolla no tiene ninguna complicación y el único “secreto” es tener paciencia y dejar que se cocine durante mucho tiempo.
En este caso he elegido cebollas dulces pero también quedaría una mermelada deliciosa con cebollas rojas o cebolletas.
En primer lugar vamos a limpiar las cebollas. Cortamos los extremos y les quitamos las primeras capas. Una vez que tengamos las cebollas limpias las cortamos por la mitad y con un cuchillo bien afilado las cortamos en trocitos de, aproximadamente, uno o dos centímetros. También podemos cortar las cebollas en juliana fina.
Cuando tengamos todas las cebollas cortadas las ponemos en una cazuela amplia. A continuación añadimos el azúcar, una pizca de sal y un poco de pimienta negra recién molida.
Cocción de la mermelada de cebolla y vinagre balsámico
Ponemos la cazuela a fuego medio-bajo y removemos un poco para que los ingredientes se mezclen. Dejamos cocinar durante, por lo menos, una hora removiendo de vez en cuando.
Pasados unos 40-45 minutos la mezcla habrá espesado un poco y la cebolla estará completamente transparente y cocinada. En este momento añadimos el vinagre balsámico de Módena y dejamos cocinar durante unos diez minutos más.
Pasado este tiempo nuestra mermelada de cebolla y vinagre de Módena ya estará lista para ser envasada.
Envasado de la mermelada de cebolla y vinagre balsámico
Como en otras ocasiones, lo mejor es envasar la mermelada de cebolla cuando ésta esté todavía caliente. Este calor será suficiente para hacer vacío en el tarro. Llenamos el tarro hasta el borde y a continuación tapamos.
Esterilizado de los botes
Lo mejor es usar botes de cristal que previamente habremos esterilizado. Podemos reciclamos botes de cristal pero es muy importarte fijarse en las tapas. Si la tapa está deformada o abollada lo más probable es que no cierre bien y puede echarnos a perder nuestra deliciosa mermelada. Si la tapa está estropeada lo mejor es desecharla y poner una nueva. También podemos usar botes con cierres herméticos, que además de bonitos son muy prácticos y que podemos usar innumerables veces.
Como hemos hecho poca cantidad de mermelada de cebolla no es necesario hacer vacío en los tarros pero si os apetece hacer más cantidad para tener conservas para un tiempo os recomiendo que leáis este post tan interesante del blog de Claudia & Julia.
Una vez que tengamos los tarros llenos y tapados dejamos que se enfríen a temperatura ambiente. Luego podemos guardarlos en el frigorífico o en una despensa fresca, sin fuentes de calor cercanas.
La mermelada de cebolla y vinagre balsámico de Módena que hemos hecho hoy es muy sencilla y fácil de preparar, como habéis visto. Acompaña a multitud de platos y es una idea de regalo casero estupenda. No tenéis más que ponerle una etiqueta bonita o una pegatina y ya tenéis un detalle para quedar fenomenal con cualquiera.
Espero que os haya gustado y hasta la próxima.
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