Dulce

Helado de vainilla casero con salsa de caramelo salado

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Con este calor que hace ya, en La Dulceneta estamos un poco perezosos y no nos apetece mucho encender el horno. Pero no nos hace falta hacerlo para elaborar la receta de hoy. Más bien todo lo contrario, lo que necesitamos es frío para poder hacer el delicioso postre casero que os proponemos.

Se trata de un helado de vainilla casero con  salsa de caramelo salado. ¿A qué os apetece una buena bola de helado con un chorrito de salsa de caramelo? A mí se me está haciendo la boca agua sólo de pensarlo.

Muchos pensaréis que hacer helado en casa puede ser laborioso y que nos van a hacer falta un montón de cacharros como una batidora, una heladera… Pues no, no hace falta nada de esto para hacer este helado. Si tenemos heladera, pues mucho mejor pero con un poco de paciencia y una simple varilla vamos a conseguir un helado riquísimo, igual de bueno que el de las heladerías más famosas de vuestra ciudad o pueblo.

Para hacer esta receta hemos usado una pequeña heladera doméstica, sin compresor y de un precio muy económico (unos 30€). Hay heladeras mucho más sofisticadas y profesionales y para la famosísima Kitchen Aid existe una heladera específica. Pero como os comentaba antes, esta receta se puede hacer fácilmente sin la heladera.

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Para darle un toque un poco especial a este helado vamos a usar un poco de salsa de caramelo salado. En una entrada anterior os contábamos cómo hacer esta deliciosa salsa.

¿No os apetece ya una bola de helado?

Ingredientes

  • 500 ml de nata para montar
  • 100 ml de leche
  • 4 yemas de huevo
  • 120 g de azúcar
  • 1 vaina de vainilla (en este caso vainilla Bourbon)
  • Extracto de vainilla (opcional)
  • Salsa de caramelo salada
  • Almendras picadas o cualquier otro fruto seco (para decorar)

Elaboración

En primer lugar ponemos la nata con la leche a calentar en un cazo pequeño a fuego medio.

Abrimos la vaina de vainilla en sentido longitudinal y con un cuchillo raspamos su interior para sacar todas las semillas. Las vainas de vainilla se encuentran fácilmente en cualquier supermercado, grandes superficies y tiendas especializadas en productos para repostería.

Si queréis saber más sobre la vainilla os dejo un enlace a un blog, Denikatessen, en el cual os hablan largo y tendido sobre ella.

Añadimos la vaina y las semillas a la nata y calentamos durante unos minutos sin que llegue a hervir. Pasados unos 5-10 minutos apagamos el fuego y dejamos infusionar durante media hora. De esta manera, la nata tomará todo el sabor y aroma de la vainilla. Si os apetece un sabor a vainilla mucho más potente podemos añadir una cucharadita de extracto de vainilla a la nata. Nosotros no lo hemos hecho porque nos parecía que el sabor de la vaina de vainilla era suficiente.

Pasada esta media hora podemos retirar la vaina de vainilla, lavarla al grifo con agua fría y secarla con un papel de cocina. Se puede usar posteriormente para aromatizar un bote con azúcar y obtener así azúcar avainillado.

Dejamos enfriar la mezcla a temperatura ambiente. Reservamos.

En un cuenco batimos las yemas de huevo con el azúcar. Batimos la mezcla hasta que quede esponjoso y tome un tono amarillo pálido.

Añadimos la nata a temperatura ambiente a las yemas y mezclamos hasta que quede homogéneo.

Ponemos la mezcla en un cazo y calentamos, sin que llegue a hervir, durante unos minutos. Es importante remover la mezcla continuamente. Si la mezcla llega a hervir, se nos puede cortar. Al calentar, la mezcla irá espesando poco a poco. Pasados unos diez minutos podemos retirar el cazo del fuego.

Vertemos la mezcla en un recipiente o cuenco y dejamos que se enfríe. Removemos de vez en cuando para evitar que sobre la superficie aparezca una capa. Para evitar esto también podemos tapar el recipiente con un plástico pero sin dejar espacio entre él y la superficie de la mezcla.

Cuando la mezcla esté fría por completo la metemos en el congelador unos 20 minutos.

Si vamos a usar heladera, previamente hemos de haber congelado el recipiente de la heladera, por lo menos con un día de antelación. Llenamos el recipiente de la heladera con la mezcla muy fría y comenzamos a batir. La heladera va a hacer ella sola todo el trabajo. Pasado un tiempo comenzaremos a ver cómo por las paredes del recipiente de la heladera empieza a formarse el helado y poco a poco la mezcla se espesará cada vez más hasta obtener nuestro deseado helado.

Si no tenemos heladera lo que haremos es sacar la mezcla del congelador cada hora más o menos y con una batidora de varillas o una varilla manual batimos la mezcla pera evitar que se formen cristales de hielo. Repetimos este paso unas cuatro o cinco veces, hasta que veamos que la mezcla helada queda homogénea y sedosa, sin cristales de hielo ni grumos. Estos pasos requieren un poco de paciencia pero son muy fáciles de hacer.

Cuando ya tengamos el helado preparado no tenemos más que guardarlo en el congelador. Para tomarlo, os aconsejo sacarlo con media hora de antelación y guardarlo en el frigorífico.

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Este helado es muy cremoso y con un sabor a vainilla increíble. Con estas cantidades salen unas cuatro raciones de helado. Si queréis hacer más cantidad, no tenéis más que doblar las cantidades de los ingredientes.

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Para tomar este helado, lo mejor es acompañarlo de un poco de nuestra estupenda salsa de caramelo salada y unos frutos secos picaditos. La mezcla me parece que queda realmente sabrosa. A los más chocolateros os encantará este helado con un poco de helado caliente por encima.

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¡Qué bueno! Creo que me voy al congelador a por más helado.

Espero que os haya gustado y hasta la próxima.

 

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